sábado, 12 de junio de 2010

1. El comienzo.

Verano. El día que llevábamos dos años esperando acaba de llegar, era el último día en Santiago, mañana temprano estaríamos cogiendo un avión a Barcelona. Hacía dos años que decidiéramos comenzar una nueva aventura, queríamos cambiar nuestras vidas, decidimos irnos a estudiar a Londres, pero no podíamos permitirnos tantos gastos, y no queríamos dejar todo lo que nos rodeaba, en Londres sería todo muy distinto, así que pensamos en Barcelona, si, ese sería un buen comienzo. Ay que tonta! Me olvidaba presentar, pues bueno, me llamó Verónica, me llaman Vero, y soy de Santiago, en Galicia, 18 años, y acabo de matricularme en la universidad de Barcelona para empezar mi carrera. Tengo una vida perfecta, mi familia es increíble, y mis amigos… ¿Qué sería mi vida sin ellos? Mi mejor amiga, Ale, una increíble Pamplonica que se vino a vivir con su familia aquí hace unos cuatro años. Pues esta es mi vida, y poco a poco, nos conoceréis un poco más… Me levanté de la cama y bajé a la cocina, no había nadie, así que decidí prepararme un buen desayuno. Una nota en la tostadora? Ingeniosa mamá, desde luego… Buenos días cariño, no te olvides de comprar lo que te falta, Alice está en la playa y tu padre y yo llegaremos a la hora de comer, un beso, y disfruta de lo que pronto no tendrás!”

Aquello me hizo pensar, cogí el móvil y llamé a Ale:

-Buenos días pimpollo!

- Buenos días – me dijo con voz de dormida… que esperaba, era Ale

- Lista? Te parece si nos vamos de compras de ultima hora con el resto?

- Perfecto! Nos vemos a las cuatro donde siempre! Un beso

- Muy bien! Aviso yo al resto!

Desayuné con tranquilidad, y hice una lista de lo que me faltaba por comprar, por supuesto casi me olvido de avisar al resto (Sandra, Bea, Sergio, Ana y Samu).

Comí en familia, y disfrute de lo que mi madre había preparado, echaría de menos su comida. A las cuatro llegaron todos, y nos dirigimos a Santiago centro! Muchas compras nos esperaban. Fue el mejor comienzo de verano de mi vida, aunque alejarme de los chicos era lo peor, me iba con Ale, pero éramos una piña, nos lo contábamos todo, y éramos absolutamente inseparables. Prometimos llamarles, escribirnos, y contarle todas las novedades, y ellos prometieron no olvidarnos nunca.

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