Silencio. Nos quedamos calladas. ¿Ale estaba embarazada y los chicos se iban en dos semanas?
- Ale, tienes que hablar con Doug
- No, no pienso arruinarle su carrera, no se lo voy a decir
- No vas a arruinarle nada, si os amáis, no importa, pero, estas segura de que lo estas?
- Pues… haber tengo un retraso de dos días Vero, no es normal
- Tenemos que comprobarlo, mañana mismo vamos a la farmacia a comprar una prueba de embarazo y salimos de dudas. Y si lo estás saldremos adelante, y Doug lo tendrá que saber, por que ¿es el padre no?
- Si, si lo es, bueno, cuando os fuisteis a Madrid…
- Si, vale, bueno, descansa, verás como mañana estás más tranquila - le di un beso en la frente y volví a mi cuarto.
Me cambié y me acosté, al rato sonó mi teléfono:
“Buenas noches cariño, me dejas hacerte una visita?”
Sonreí. “Pues claro, abre tú, hay una llave debajo de la maceta que está en la ventana del salón”
A los diez minutos escuché la puerta de mi cuarto abrirse. Encendí la luz y le hice un sitio a Danny. Se tumbó a mi lado. Agarré su camiseta y lo arrastré hacia mi, lo besé, dulcemente, necesitaba sentirlo conmigo. Beso tras beso, nos quedamos dormidos.
Cuando me desperté Danny ya no estaba… bajé a la cocina y me encontré a Ale y a Doug en el salón.
- Ale, ¿puedes venir un momento?
- Si, claro, estaba hablando con Doug, tengo algo que decirle vamos…
- VEN!
- ¿Se lo vas a decir ya? Primero asegúrate, y luego hablas con él
- Bueno, está bien…
Ale se alejo hacía el sofá y me dirigí a la cocina. Cuando entré una espalda pecosa estaba preparando un zumo. Me acerqué por detrás y le besé la espalda.
- Buenos días princesa
- No me digas cosas sacadas de películas Danny, me gusta mas cuando te las inventas tú – se inclinó para besarme
- Mm… buenos días ashdgasbdasd
- ¿Asdhajdbsasdf? – De verdad, a veces pensaba que Danny era tonto
- Me lo inventé yo vale, ¿no te gusta? – Sonrío, su sonrisa, era tan perfecta…
- Si, me encanta pecoso – lo besé y lo dejé haciendo su zumo.
Cogí un puñado de cereales y subí para ducharme. Cuando llegaba a la puerta para salir Danny me llamó.
- Si Dan?
- Me gusta lo de pecoso – Se sonrojó, era una de las pocas veces que veía a Danny ponerse rojo
- A mi me gustas tu – le guiñé el ojo y subí las escaleras.
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