Miedo a amar. ¿Qué puede haber más hermoso? ¿Qué riesgo mayor vale la pena correr? Con lo bonito que es entregarse a la otra persona, confiar en ella y no pensar en nada más que en verla sonreír. El amor más hermoso es un cálculo equivocado, una excepción que confirma la regla, aquello para lo que siempre habías utilizado la palabra "nunca".Qué tengo que ver yo con tu pasado, yo soy una variable enloquecida de tu vida. Pero no voy a convencerte de ello. El amor no es sabiduría, es LOCURA...
Estuvimos hablando en el jardín de todo un poco. Del verano, de los chicos, de nuestra infancia, de la familia. De mis amigos.
- Danny… ¿tú no estabas enfermo?
- No, bueno ¡Claro!
- Danny… ¡suéltalo ya!
- Vale, vale, pensé que no quería venir por qué habías quedado con alguien y por eso no quise irme, me puse enfermo y me quedé y ahora estamos aquí charlando animadamente
- Eres un capullo, ¿Qué más te da con quien quede?
- ¿Te repito lo de esta tarde?
- No hace falta… ¿Qué hacemos de cena?
- ¿Y si pedimos chino?
- Llamas tu, que a mi no me entienden…
- Es por tu acento español mujer…
- Mira, el que no tiene acento de Bolton…
Cogió el móvil y encargó la cena. Mientras esperábamos que nos la trajeran Danny puso la mesa y yo me fui a la ducha. Cuando salí llamé a los chicos para saber como estaban, mientras bajaba las escaleras Danny me izo un gesto como que iba a ducharse. Bajé a la cocina a esperar mientras Ale me contaba lo bien que se lo estaba pasando. Cuando llegó la comida grité a Danny para avisarle y a los dos minutos ya estaba abajo.
- Danny… yo no se comer con esto –dije señalándole los palillos
- Pues coge un tenedor
- No, me hace ilusión- dije riendo mientras intentaba que no se me cayera la comida
- ¿No es más fácil que uses tenedor?
- ¡Si, pero no quiero!
No parábamos de reír, yo de que no era capaz de que algo llegara a mi boca sin caerse y Danny se reía de mí. Seré clara, no sabía comer con palillos. Al acabar de cenar recogimos todo y subimos cada uno a nuestra habitación. Mañana tendría que ir a la universidad pero no me apetecía, así que Alisson se ofreció a pasarme los apuntes. Mientras leía mails de algunos amigos me llego un mensaje: “Ya sé que estás dos habitaciones después pero quiero que leas el próximo sms y pienses ¿vale?” Danny Jones empezaba con sus juegos…
“No empieces Danny…” Después de un rato me llegó otro sms: “Como te dije esta tarde te quiero, y te lo voy a demostrar, en cuanto Cathy vuelva la voy a dejar, por que te quiero, por que quiero estar contigo, buenas noches. Te quiere. Tu Jones.” ¿Tú Jones? ¿Mi Jones? ¿Iba a dejarla? En ese mismo instante recordé la frase que me había dicho la noche anterior: “no lo compliques todo más”. Tiré el móvil en la cama y fui a su habitación. Abrí la puerta con cuidado me acerqué a la cama y me colé entre las sábanas. Danny estaba de espaldas a mí. Le agarré con fuerzas y puse mi cabeza en su espalda.
- Te quiero – dijo
- Yo también Danny – sabía que no me equivocaba.
Se giró y me besó. Me dejé llevar, enredé mis manos en su pelo. Besos. No hacía falta decir nada más. Cuando me di cuenta Danny ya estaba sobre mí.
- Te quiero – dijo en un susurro.
Esa noche fuimos uno. Otra vez. Juntos.
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