miércoles, 28 de julio de 2010

48. Dos veces con la misma piedra

¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes, hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase, hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante?


Bajé a preparar el desayuno mientras Danny aún dormía. Era feliz, desde hacía mucho tiempo no lo era, y ahora es como si todo fuera perfecto, como si viajar a Londres cambiara todo, como si un fin de semana pudiera unirnos…
- Buenos días – me dijo mientas agarraba mi cintura
- Holaaaa
- ¿Y mis buenos días?

Me giré y le di su beso de buenos días.
- Voy a pegarme una ducha ahora que ya tengo mis buenos días
- ¿No desayunas?
- ¿A estas horas?
Salió de la cocina bajo mi atenta mirada. Al rato me llamó Ale, era tardísimo y en dos horas llegarían. En cuanto acabé de desayunar subí a buscar mi ropa para cambiarme, pero me encontré a Danny sentado en mi cama.
- Hola -dije sentándome a su lado
- Hola… - notaba que algo pasaba…
- ¿Qué pasa Dan?
- Bueno… el caso…
- ¿Lo vas a soltar ya? – su mirada se clavó en el suelo
- Es sobre Cath…
No contesté… me esperaba cualquier cosa.
- Vuelve mañana
- ¿No volvía en una semana? Además… ¡que más da!
- Noel, una de las amigas con la que iba tiene que volver por que su hermana acaba de tener un bebé y vuelven mañana
- Ah… ¿y el problema es?
- El problema es todo… esto, ella se va una semana y yo te prometo miles de cosas que no se si podré cumplir. Ahora vuelve mañana y me doy cuenta de que la acabo de engañar contigo, y bueno… ¿el problema? No se que quiero hacer… no se con quien quiero estar… no se si dejarla o no…
- ¿Estás confuso? ¿Ahora estás confuso Danny? Ayer me mandaste un mensaje diciéndome que la dejarías y que volverías conmigo, me dijiste que no solo estabas c0on ella para olvidarte de mi, que no querías hacerme daño por eso me dejaste… ¿Ahora estas confuso? ¿Ahora no quieres decirle nada?
- Es que…
- ¡Es que nada! ¡Siempre lo mismo! Una y otra vez… siempre prometes que no me dejarás, que será para siempre…
- Yo te quiero… - desvié mi mirada hacía la ventana
- ¿Me quieres? No te voy a obligar a hacer nada… Yo si te quiero, yo sufrí viendo como cogías un avión y me dejabas, yo vi como todas las promesas se rompieron, yo viajé hasta aquí para pedirte perdón por darte de lado cuando me dejaste, yo confié en ti, y caí otra vez…
- ¡Yo no te obligué a venir! ¡Podías haberte quedado y desaparecer!-dijo levantándose de repente
- ¿Eso quieres que haga? ¿Qué desaparezca? ¡Si quieres eso me lo hubieras dicho cuando llegué! ¿Para que tantas palabras ayer? ¿Para que? ¿No piensas contestarme? ¿No me iré sabes? Pero tranquilo, que de tu vida si que desapareceré.
- Será lo mejor…
- Eres un cobarde Daniel Jones, un estúpido y engreído cobarde
- ¿Si piensas eso de mi porqué viniste ayer a mi cuarto?
- Porque te amo, y creí en tus palabras, creí en lo que me dijiste… y porque soy estúpida por confiar en alguien que ya me ha hecho daño muchas veces – después de decir esto salí por la puerta me metí en el baño.

Apoyé mi espalda en la puerta y me dejé caer en el suelo.
- Lo siento – oí desde el otro lado de la puerta – no quiero que te vayas, ni de aquí ni de mi vida…

No, no podía volver a caer otra vez, no podía seguir perdonándole y creyéndole cada vez que me pidiera perdón.
- Te odio Daniel – grité mientras me desnudaba y me metía en la ducha
No, no iba a ser tan tonta de tropezar dos ve
ces con la misma piedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario