Sobre las cinco, salimos de la playa, Tom nos ayudó a llevar a los chicos a casa, porque no se aguantaban en pié, cuando llegamos, Tom nos pidió que nos quedáramos a dormir allí, porque le daba miedo quedarse solo con los chicos, nos contó que la última vez que durmió con ellos después de la fiesta, lo le llenaron la boca con comida de Marvin, así que nos quedamos. Danny quería que durmiera con él, cosa que yo aceptaría, sin Tom me dejara. Tom era como nuestra madre, nos llevo a cada uno a su habitación, Ale y yo en las de invitados y se fue a dormir. Le cogí una camiseta a Danny que me quedaba un poco grande y me la puse para dormir. Cuando estaba durmiéndome se abrió la puerta… noté una respiración en mi nuca, me di la vuelta y pude ver aquellos preciosos ojos azules.
- Estás muy guapa con esa camiseta
- Y tu muy guapo con esos pelos…
- Mentirosa – dijo riéndose
- Tonto – le dije acercándome un poco más a él
No me respondió, solo me beso, una y otra vez, nuestros corazones latían al compás y formaban la melodía más bonita de mi vida.
Mis dedos se enredaban en su pelo mientras sus labios besaban mi cuello una y otra vez.
- Te quiero – no podría creérmelo, escuchar esas palabras de su boca me hicieron estremecerme.
- Pues tienes mucho tiempo para demostrármelo – y lo besé por última vez esa noche
Me giré de nuevo y me agarró la cintura, allí dormí toda lo noche, al lado de la persona más importante de mi vida, sintiendo su respiración en mi nuca, y escuchando un solo corazón que latía por los dos.
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